miércoles, 28 de octubre de 2015

Pelayo Quintero y Atauri

Pelayo Quintero y Atauri (Uclés (Cuenca), 26 de junio de 1867 - Tetuán (Marruecos) 27 de octubre de 1946), arqueólogo, pintor y escritor español.

Cursó la carrera de Derecho en Madrid, simultaneando estos estudios con los de Dibujo, en las Escuelas de Bellas Artes y de Artes y Oficios. Posteriormente, estudiaría la carrera de Archivero Anticuario Bibliotecario (hoy Historia) y sería catedrático de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla.

El interés de Pelayo Quintero por la arqueología surge de la mano de su tío, D. Román García Soria, y lo facilita el ambiente cultural generado en Uclés con la llegada de la Compañía de Jesús de Toulouse (Francia), quienes al ser perseguidos en su país, fueron acogidos en el Convento de los Caballeros de Santiago de Uclés, en el año 1880.
Román García Soria, investigador de antigüedades (así denominado en documentos de la época), recupera (costeándose el mismo las excavaciones) y guarda cuantas piezas arqueológicas encuentra en su casa de la calle Baldosería, y propone al Rector del Colegio de los Jesuitas, R. P. Arturo Calvet, la creación de un gran museo en el Convento de los Caballeros de Santiago. Allí traslada una lápida encontrada en el sitio que llaman Fuente Redonda, que las monjas dominicas tenían desde comienzos de siglo, empotrada en la tapia de la huerta, que daba a la calle de Trinidad, y que hoy sabemos que es el ara dedicada al dios Airón, junto con diversos objetos, como urnas cinerarias, encontradas a corta distancia de dicha Fuente donde se extiende un vasta necrópolis, en el paraje denominado Haza del Arca.
Promueven la visita de Juan de Dios de la Rada y Delgado y Fidel Fita y Colomer, miembros de la Academia de la Historia (1888). Esto le valdrá a Román García Soria, para que ese mismo año sea reconocido como Académico en Uclés, anteriormente había sido nombrado encargado y custodio del nuevo Museo de Uclés, por la Comisión de Monumentos de Cuenca. Pelayo Quintero, se inició en la arqueología porque desde muy joven, acompañaba a su tío Román García Soria, y se encargaba de dibujar las piezas y los hallazgos encontrados. En el relato de la Excursión arqueológica a las ruinas de Cabeza de Griego de Juan de Dios de la Rada y Delgado, el 21 de septiembre de 1883, se dice: “Sirviónos de mucho para la copia de estas inscripciones y monumentos la pericia artística del distinguido joven D. Pelayo Quintero….
Tras la marcha de los jesuitas, rigieron el Colegio de Uclés los Padres Agustinos, con quienes Pelayo Quintero volvió a explorar la cueva en 1904, produciéndose nuevos hallazgos, que son narrados en el segundo volumen de su obra sobre Uclés, editado en 1913, donde amplía y rectifica todo cuanto aconteció en la historia de la investigación de la cueva de Segóbriga. Hoy en día, algunas de las piezas encontradas en la cueva, pueden verse en el Museo de Cuenca y en el Parque Arqueológico de Segóbriga. Los trabajos fueron punteros para la época y su repercusión alcanzó difusión fuera de nuestras fronteras.
También Pelayo Quintero notificó el hallazgo de un miliario de Máximo en el Boletín de la Real Academia de la Historia, correspondiente a julio-septiembre de 1892 y, más tarde, da cuenta del hallazgo de otro en 1905.
Su última excavación en Uclés fue en 1907 en el lugar que él describe de la siguiente forma: "en el cerro que comienza en la Mora Encantada y termina en las viñas de La Dehesa, hay una meseta formada por tierras de labor, situada sobre el atajo llamado Senda de la Palomas", donde encuentra material que él cree que procede del Neolítico.
Al mismo tiempo su labor fuera de Uclés también era importante. Formó parte de una comisión encargada de realizar una bibliografía colombina, con motivo del III Centenario del Descubrimiento de América (1892); ejerció como profesor de dibujo en las Escuelas de Artes y Oficios de Granada, Cádiz y Sevilla; y en 1904 se asentó en Cádiz, donde desempeñó los cargos de delegado de la Junta Superior de Excavaciones y Antigüedades, director de excavaciones en Cádiz, director del Museo Provincial de Bellas Artes, académico de número de la Academia de Bellas Artes, vocal de la Comisión de Monumentos y cónsul de Colombia.
Además fue fundador y presidente de la Real Academia Hispano-Americana de Ciencias y Artes (1915-1939), principal organizador de las fiestas del Centenario de las Cortes, y participó en el diseño del pabellón de la provincia de Cádiz, con motivo de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929.
Ya en Cádiz, Pelayo Quintero centró sus excavaciones en la necrópolis gaditana, tanto de la época fenicia como la púnica y la romana; recuperó gran número de joyas de oro de los ajuares funerarios de los hipogeos, además de abundantes restos de urnas, ánforas, ungüentarios y lucernas, llegando a establecer una tipología de enterramientos gaditanos.
En 1939, al finalizar la guerra civil y con 72 años, se traslada al Protectorado de Marruecos, donde residirá hasta su muerte.


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