martes, 24 de enero de 2012

Don Gil de Albornoz.


El nacimiento de don Gil de Albornoz debió producirse en 1302. Eran sus padres García Álvarez de Albornoz y Teresa de Luna.

TERESA DE LUNA. Hermana de Jimeno de Luna Arzobispo de Toledo, de Pedro de Luna Ricohombre de Aragón, y de Juan de Luna padre del Papa Luna. 

Se educó en Zaragoza, al lado de su tío, don Jimeno de Luna, que ocupaba entonces esa sede episcopal. 

El Cardenal  mantuvo siempre una buena relación con la familia de su madre, tan bien situada además en aquellos momentos para quien, como era su caso, deseaba seguir la carrera eclesiástica. 


Después del paso de su tío Jimeno a la sede arzobispal de Tarragona, en 1317, se ha dicho que debió continuar en Zaragoza al lado de su primo Pedro López de Luna, que sucedió al tío en la sede zaragozana. 


Pedro López de Luna y Ximénez de Urrea, muere en 1345. Abad primero, canónigo de La Seo después, tras alcanzar el grado de obispo el 26 de marzo de 1317, fue el encargado, por orden del rey Jaime II, de obtener del Papado, como así hizo, la sede metropolitana para la iglesia de Zaragoza, independizándose de la Tarraconense. Nombrado arzobispo de la misma en 1318, sirvió también como consejero real.



El cardenal Albornoz contrajo una grave enfermedad, cuando se encontraba cerca de Viterbo para atender a todos los detalles del viaje del  papa y murió el 23 de agosto de 1367. Probablemente la enfermedad que le causó la muerte fue la malaria, endémica en la zona costera cercana a Roma.

Cardenal de la basílica obispo de Santa Sabina en la iglesia de Roma.



Antes de su fallecimiento, el cardenal había sabido que su hermano Álvaro, V señor de Albornoz, había caído prisionero de una compañía inglesa en la guerra entre Enrique de Trastámara y el rey Pedro I el Cruel. El Cardenal  paga el rescate de 8.000 florines que se pedía por su hermano, que fue liberado.


El cuerpo del cardenal Albornoz fue llevado a Asís,  como él había dispuesto, y fue sepultado en la capilla de Santa Catalina, que había hecho construir a sus expensas en la iglesia de San Francisco. 

El cardenal Albornoz había dictado su testamento en Ancona el 29 de septiembre de 1364.

Legó en herencia todo su patrimonio para la construcción de un Collegium Hispanicum en Bolonia, sede de la más antigua universidad europea, en donde estudiantes españoles se formarían para ejercer cargos de responsabilidad en España.


Aparte de los numerosísimos legados para su familia, colaboradores y servidores, para dotes de doncellas pobres de las diócesis de Toledo y Cuenca, para rescate de cautivos, para la diócesis de Cuenca y de Toledo, para las iglesias de San Clemente y de Santa Sabina, titulares sucesivamente de su cardenalato, y para diversas iglesias y conventos de Italia, destinó la mayor parte de sus bienes, como heredero universal, al Colegio para estudiantes españoles que había  decidido fundar en Bolonia, bajo la advocación de San Clemente. 

El cardenal dispuso que, si moría en Italia, fuese enterrado en Asís, pero cuando cesase la ira de Pedro I contra él y su familia, quería que sus huesos fuesen transportados a la catedral de Toledo, y depositados en un sarcófago adecuado en la capilla de San Ildefonso. 

En 1372, consolidado Enrique de Trastamara como rey de Castilla, se dieron,  las circunstancias para trasladar el cuerpo del cardenal desde Asís a Toledo. Gregorio XI concedió indulgencia plenaria, como para jubileo, a los que ayudasen a llevar el féretro en cualquier parte del recorrido. 

Fue elegido arzobispo de Toledo por el cabildo catedralicio para suceder a su tío Jimeno de Luna en mayo de 1338.


En 1350, con la subida al trono de Pedro I de Castilla, Albornoz tuvo que exiliarse en Aviñón por diversas razones, era valedor de Leonor de Guzmán y sus hijos, un defensor de la independencia eclesiástica frente a la política intervencionista de Pedro, y, además, curiosamente, se enfrenta al nuevo monarca castellano con motivo de la relación extramatrimonial que este mantenía con María de Padilla.
Su hermano primogénito Alvar García había buscado en Francia a Blanca de Borbón, hermana gemela de la luego reina consorte de Francia Juana de Borbón, pese a que su padre el Duque  de Borbón, Pedro I de Borbón, pareció haber tenido pocos dineros para sus dotes matrimoniales, una de las razones probables del desprecio de Pedro I de Castilla.

Pedro, duque de Borbón, contrajo matrimonio con Isabel de Valois, hija de Carlos de Valois, por tanto hermana del rey Felipe VI de Francia, de ambos nacieron siete hijas y un hijo.

En Aviñón fue acogido Gil de Albornoz con especial afecto por el Papa Clemente VI. A su llegada a Francia obtuvo el capelo cardenalicio del título de San Clemente en 1350.
La designación de Albornoz como cardenal tuvo lugar al cabo de pocos meses de su llegada a Aviñón, en el Consistorio del 17 de diciembre de 1350, en el que fueron nombrados un total de doce cardenales, de los que seis se hallaban presentes en Aviñón. El nombramiento le fue otorgado, con el título de San Clemente y la categoría de cardenal presbítero, el 23 del mismo mes, concediéndole el papa las rentas del arzobispado de Toledo hasta el día de su elevación al cardenalato.
Puesto que el nuevo cargo era incompatible con el anterior, el 4 de enero de 1351 el papa designó ya al sucesor del cardenal Albornoz en la archidiócesis de Toledo, Gonzalo de Aguilar, arzobispo de Compostela.

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