lunes, 28 de febrero de 2011

La Puebla de Montalbán. Toledo.

Escudo condal, armas entre otros de Cárdenas y Guzmán, en la preciosa portada del palacio de la Puebla de Montalbán.

Torre de San Miguel.


Antguo Hospital/Ermita del Cristo de la Caridad. Fundado en 1532 por el cardenal Juan Pacheco, al igual que el convento de franciscanos. Situada en el centro de la población, se accede por un portalón central adintelado sobre el que se yergue una espadaña, a un patio empedrado de planta irregular. Al fondo de ese patio se encuentra la ermita del Cristo.

Este Hospital estuvo funcionando hasta 1884. La Cofradía de la Caridad, que ya existía en 1563, tenía a su cuidado y administración el Hospital, que en aquella época disponía de 6 camas y era atendido por un médico y un enfermero.

Como ermita alberga al Cristo de La Caridad, Santo Patrono de la Villa desde 1598, cuando cesa la epidemia de peste bubónica en julio de aquel año. La capilla donde se venera el Cristo de la Caridad está formada por dos naves en ángulo recto.

El retablo del altar mayor es un notable monumento barroco. Más pequeño pero del mismo estilo son otros dos altares laterales. El edificio es todo él de ladrillo y está rematado por un precioso cimborrio en el ángulo donde confluyen las dos naves.

Plaza Mayor.

El crucero se cubre con cúpula de media naranja sobre pechinas decorada con doble moldura y rematada con linterna. En cambio, el prebisterio se cubre con bóveda de horno acasetonada.
Separado de la nave por dos hermosas rejas, se encuentra el coro de las religiosas, y debajo del mismo el cementerio de la comunidad.
Iglesia de Nuestrs Señora de la Paz y trás ella el convento de las Madres Concepcionistas. Las primeras monjas que vivieron en este Monasterio, procedentes de Torrijos, llegaron a la Puebla el 15 de Septiembre de 1522. El 6 de febrero de 2007, el Gobierno Regional de Castilla-La Mancha declaró este inmueble como bien de interés cultural, con la categoría de monumento. El interior del templo recuerda mucho al del Monasterio de El Escorial, sobre todo en el retablo, en el que destaca una imagen de la Virgen María.

La fachada principal de los condes de Montalbo se encuentra en la Plaza Mayor con portada plateresca de puerta adintelada, con jambas de piedra rematada con canes que sujetan un ancho dintel. Está rematada con el escudo de los señores de Montalbán. Los balcones que la adornan son rectangulares, de forja, y típicos de las casas señoriales castellanas. Fue declarado Bien de Interés cultural por el Gobierno Regional de Castilla-La Mancha el 26 de noviembre de 1991.
Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Paz. Se reconstruyó totalmente en la segunda mitad del siglo XVI, en dos fases, interviniendo en la obra dos arquitectos bien distintos: Hernán González de Lara y Nicolás de Vergara. Debió de existir hasta mediados del siglo XVI un templo gótico cuya parte más reciente sería la cabecera levantada a finales del siglo XV. En el altar mayor se venera la imagen de Nuestra Señora de la Paz, efigie de talla, pintada y estofada, de 90 cm. de altura y de procedencia germano-holandesa, del siglo XV. Asimismo, en la fachada hay una hornacina con la imagen de la Virgen de la Paz.




Convento de los Franciscanos. Debido al cardenal Pacheco, hermano del III señor de la Puebla y ambos nietos del I marqués de Villena. Es el primer edificio que nos encontramos al venir desde la Ermita de Nuestra Señora de la Soledad.


Ermita de la Virgen de Nuestra Señora de la Soledad. Un agradable paseo une la ermita con el pueblo.

Fernando de Rojas, autor de La Celestina y alcalde de Talavera de la Reina, nace en La Puebla de Montalbán y aquí tiene una placa en la Plaza Mayor y un Museo de la Celestina. Sus restos descansan en la colegiata de Talavera de la Reina. En la Puebla, este monumento como la placa de la Plaza Mayor le recuerda e indica aqui la presencia de sus restos mortales.
Placa en la Plaza Mayor.

Por propia disposición testamentaria, Rojas fue enterrado en la iglesia del monasterio de la Madre de Dios. Este es el único dato que, durante siglos, se tenía, habiéndose perdido la memoria del lugar exacto de la sepultura. Los restos, recogidos en una caja de cobre, se depositaron en el Ayuntamiento, donde ha permanecido durante mas de cuarenta años. En 1980 se colocaron en un nicho en el Claustro de la Colegiata. Murió en 1541 entre el 3 y el 8 de abril. Sus restos fueron enterrados en el convento de la Madre de Dios y en los años 80 fueron trasladados a la Colegiata de Santa María la Mayor de Talavera. En los años sesenta, cuando era inminente la definitiva demolición del Convento de la Madre de Dios, fueron extraídos dichos restos y depositados en una caja de cobre permanecieron custodiados en el Ayuntamiento.

El testamento de Fernando de Rojas es otorgado y firmado el 3 de abril de 1541. Los recibos de las misas de su funeral llevan la fecha del día 8 del mismo mes. Como estas misas solían decirse a los tres días del enterramiento, hay que pensar que Fernando de Rojas debió morir el 5 de abril de 1541.

Abierto el año 2003, nace como homenaje a la obra y a su autor, con la finalidad de dar a conocer el patrimonio cultural de La Puebla de Montalbán y de La Celestina.





Los señores y condes de la Puebla de Montalbán. Toledo.

La Puebla de Montalbán vista desde el paseo que nos trae desde la ermita de la Virgen de la Soledad. Vemos el convento de los Franciscanos, a su derecha el Museo de la Celestina, de aquí es Fernando de Rojas.


Arco de Manzanilla. Apoya el palacio de los condes de La Puebla en una casa de la Plaza Mayor y enmarca una de las entradas a esta Plaza. Frente a él la iglesia parroquial.


Arco de las Tendezuelas. Une el palacio con la iglesia parroquial. En la Plaza Mayor también el arco de la Manzanilla

La Puebla de Montalbán es en origen una "habitación judía" sobre la que los templarios crearon la villa aproximadamente en 1276. En la actualidad, conserva un espacio conocido popularmente con el nombre de “Barrio de los Judíos”. A la orden del Temple pertenecía el castillo de Montalbán, situado a unos 17 kilómetros de La Puebla en el termino municipal de San Martín de Montalbán, lugar de este Señorio y Condado.
Iglesia parroquial de Ntra Sra de la Paz de la Puebla en la Plaza Mayor

La Torre de San Miguel, tal vez el edificio más representativo de La Puebla y lo primero que se ve según nos aproximamos a la población, es resto de una antigua iglesia y cementerio, con cuatro cuerpos, del año 1604.
  • ES Diego Portocarrero el II marqués de Villena y el II duque de ESCALONA. Su hermano Pedro Portocarrero casa en 1473 con Juana de Cárdenas, II señora de Puebla del Maestre, hija única y heredera de Alonso de Cárdenas, 42 y último Maestre de la orden de Santiago, I señor de la Puebla del Maestre, y de Leonor de Luna, hermana de Rodrigo de Luna, arzobispo de Santiago de Compostela, e hija natural de Rodrigo de Luna, castellán de Amposta, de la Casa de Luna. Con sucesión, los marqueses de Villanueva del Fresno, los marqueses de Alcalá de la Alameda, los condes de la Puebla del Maestre, los marqueses de la Torre de las Sirgadas y los condes de Montijo.
  • Diego López de Haro y Hurtado de Mendoza, I señor de Sorbas y Lobrín en el Reino de Granada, que trocó con las villas de El Busto y de Revilla, embajador en Roma donde el Papa Alejandro VI le regaló un trozo de la Cruz, reliquia que se venera hoy en la iglesia del Carpio, donde está el sepulcro de esta familia. Casa primero con Leonor de Ayala, hija de Pedro López de Ayala, I conde de Fuensalida, y de María de Silva. Despues con Beatriz de Sotomayor, VIII señora del Carpio en Córdoba, hija de Luis Méndez de Sotomayor, VII señor de las villas del Carpio, Morente y Pinilla, y de su segunda esposa, Beatriz de Solier. Del primer matrimonio es Aldonza de Haro que casa con Pedro Laso de Castilla, hijo de Pedro de Castilla, corregidor de Toledo, bisnieto del rey Pedro I, el Cruel, de Castilla, y de Catalina Lasso de Mendoza, señora de Valhermoso y Mondéjar, nieta del I marqués de Santillana, con sucesión. Del segundo matrimonio, Luis Méndez de Haro Sotomayor, IX señor del Carpio, señor de Sorbas y Lobrín, casa con Beatriz Portocarrero Cárdenas, hija de Pedro Portocarrero, el Sordo, y de Juana de Cárdenas, II señora de las villas de la Puebla del Maestre, nieta paterna de Juan Pacheco, I marqués de Villena, y de María Portocarrero, VI señora de la villa de Moguer, nieta materna de Alonso de Cárdenas, I señor de la Puebla del Maestre, y de Leonor de Luna. Padres de Diego, I marqués del CARPIO.







  • Es hermano de los Diego y de pedro Portocarrero, Alonso Téllez-Girón, II señor del castillo y fortaleza de Montalbán y de la Puebla y Menasalbas, junto a San Martin de Montalban, y de los lugares de su jurisdicción. Padre de
    Juan Pacheco, III señor de la Puebla de Montalbán. Padre de Alfonso Téllez-Girón, IV señor de la Puebla de Montalbán y el Carpio. Casa en 1532 con
    Juana de Cárdenas, autorizada después de viuda a titularse condesa de la Puebla de Montalbán, Aya del principe Felipe, después Felipe III, hija mayor de Alonso de Cárdenas, I conde de la Puebla del Maestre, y de Elvira de Figueroa y Toledo, hija de Gómez Suárez de Figueroa, II conde de Feria, y de su segunda mujer María de Toledo de los I duques de Alba de Tormes. Padres de Juan Pacheco, IV señor y I conde de la Puebla de Montalbán, señor del estado de Galvez y Jumela (jure uxoris). Muere en la Puebla de Montalbán en 1590. Haba casado con Juana Suárez de Toledo y Silva, señora de las villas de Galvez y Jumela, hija de Francisco de Silva, llamado Suárez de Toledo, IV señor de Galvez y Jumela, de los heredamientos de las Moralejas, Chocón, Espiga y Palomares, y de su primera mujer Catalina Dávila y Mendoza, matada por su marido, falsamente suspiciada, hija de Gómez Dávila, I marqués de Velada, y de Teresa Carrillo de Mendoza, de los señores de Albornoz. Por razones desconocidas, tal vez por el asesinato de su mujer Gálvez y Jumela vuelven al señorio del padre de la I condesa de la Puebla de Montalban, quien en 1567 hace donación de todo ello a su hijo Juan de Toledo Pallás, V señor de Gálvez, hermanastro de la I condesa de la Puebla de Montalban por ser hijo del segundo matrimonio de su padre. Sigue Galvez y Jumela en el hijo y nieto del V Señor para apasar de nuevo a sus primos los condes de la Puebla de Montalban con el II Conde.

  • El pequeño estado de Gálvez y Jumela estaba desde el principio condenado a ser absorbido por sus poderoso vecinos, como sucede.

    • La villa de Jumela había sido de la orden del Temple, probablemente como parte de sus dominios de Montalbán. Tras la desaparición de esta orden, pasó a realengo. Fernando IV la vendió a García Suárez de Meneses, y sus hijos Tello y Gómez García de Meneses la volverán a vender al rey Pedro I en 1353. En fecha indeterminada la villa pasó a propiedad de Fernando Álvarez de Toledo, I conde de Alba, quien la poseía ya en 1443.
    • Gálvez en 1427 era señorío de Diego López de Zúñiga. En 1443 la mitad de la villa, junto con Jumela, era propiedad del I conde de Alba, y la otra mitad era de Lope Gaitán, quien en esta fecha vende su mitad al Conde, con lo que éste completa su propiedad sobre Gálvez. Gálvez y Jumela pasarán al hijo del conde de Alba, García Alvarez de Toledo, por donación en 1455. Gálvez y Jumela, junto con las heredades de La Moraleja y El Allozar, serán vendidas a Pedro Suárez de Toledo, segundogénito de García Alvarez de Toledo, señor de Oropesa, en 1466.


A los I conde de la Puebla de Montalban sigue su nieto
Juan Gabriel José Pacheco y Toledo IV, Alfonso Téllez-Girón , II conde de la Puebla de Montalbán, señor de la Puebla, Montalbán, San Martín de Montalbán y Menasalbas, señor del estado de de Galves y Jumela.

A la muerte sin hijos del VII señor de Gálvez, Fernando de Toledo Castellví, el señorío de Gálvez y sus anexos pasará entre 1644 y 1665 a Juan Pacheco y de la Cerda, II conde de Montalbán, como nieto de Juana de Toledo Dávila, media hermana del V señor de Gálvez. Galvez y Jumela queda unido al de Montalbán hasta la abolición de los señoríos, como lo testifica el hecho de que en 1881 el duque de Frías venda las dehesas de Cochino, Espiga, Palomares y Villanueva de Horcajo.

Al II Conde sigue su hija, a este su hijo Francisco Pacheco Tellez Giron, III conde de Puebla de Montalban y I marqués de Menosalbas que casa con Isabel Tellez Giron, IV duquesa de Uceda. A estos su hijo Manuel Gaspar Juan Francisco María José Antonio, al Manuel Gaspar Alonso Gómez de Sandoval Téllez-Girón Pacheco Toledo Mendoza y Aragón, V duque de Uceda, IV conde de la Puebla de Montalbán, XIII señor de la Puebla de Montalbán, A estos su hijo siguinte titular en Uceda y La Puebla. A estos su hijo que suma el título de duque de Frias que muere en 1811. A estos su hijo y a este su hija Bernardina María de la Presentación Fernández de Velasco Pacheco Téllez-Girón y Roca de Togores, XV duquesa de ESCALONA, X duquesa de UCEDA, XI condesa de PEÑARANDA DE BRACAMONTE, XIX condesa de ALBA DE LISTE, XV condesa de Jarandilla, XXI condesa de Luna y VIII condesa de la Puebla de Montalbán, entre otors títulos. Muere en 1869. Casa en 1838 con su primo tercero Tirso María Téllez-Girón y Fernández de Santillán, Grande de España hijo de Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Alfonso Pimentel, principe de Anglona, IX marqués de Jabalquinto, hijo de los IX duques de Osuna. Sigue su hijo Francisco que casa con Angela María Fernández de Córdoba y Pérez de Barradas, hija mayor de Luis Tomás de Villanueva Fernández de Córdoba y Suárez de Figueroa la Cerda y Ponce de León, XV duque de Medinaceli. A estos su hijo Mariano y a este su hija y actual titular,

Angela María Téllez-Girón y Duque de Estrada XVI duquesa de OSUNA, duquesa de MEDINA DE RÍO SECO, XVII condesa-duquesa de BENAVENTE, XVI duquesa de ARCOS, duquesa de GANDÍA, XV duquesa de UCEDA, XX condesa de OROPESA, marquesa de Jabalquinto, condesa de PEÑARANDA DE BRACAMONTE, condesa de FUENSALIDA, marquesa de Frechilla y Villarramiel, marquesa del Toral, marquesa de Lombay, marquesa de Frómista, XX condesa de Ureña, condesa de Pinto, condesa de ALCAUDETE, condesa de la Puebla de Montalbán y hasta 10 veces Grande de España. Nacida en 1925. Casa en dos ocasiones.

María Josefa Alonso Pimentel Téllez-Girón, XV condesa y XII duquesa de BENAVENTE
, XII duquesa de ARCOS, entre otros, descendiente del IV duque de Arcos y a la que viene el ducado de Arcos al terminar la sucesión con el XI duque. Casa con en Madrid en San Pedro el Real en 1771 con su primo-hermano Pedro de Alcántara Téllez-Girón y Pacheco, IX duque de Osuna. Sigue su hijo y este los suyos Pedro y Mariano que son los XI y XII duques de Osuna y XIII y XIV de Arcos que mueren sin hijos y les sigue en Osuna y demás títulos de sus abuelos su primo hermano el X marqués de Jabalquinto, y XIII duque de Osuna nieto igualmente del IX Osuna y de la XII duquesa de Arcos, y sobrino del X Osuna.

Es el hermano del XIII Osuna Tirso María Téllez-Girón y Fernández de Santillán que casa con su prima tercera Bernardina María de la Visitación Fernández de Velasco Pacheco y Roca de Togores, X duquesa de Uceda y VIII condesa de la Puebla de Montalbán. Bisabuelos de la actual titular. Es la actual titular en su primer matrimonio madre de Angela María de Solís-Beaumont y Téllez-Girón, XVII duquesa de ARCOS desde 1973. Casa primero en la Puebla de Montalbán, en 1973 Álvaro de Ulloa y Suelves, XI marqués de Castro Serna, XIV conde de Adanero. Divorciados, él casa con Cristina Márquez Osorio y ella en 1994 con Pedro Romero y Solís. Madre en el primer matrimonio de Angela María de Ulloa y Solís-Beaumont, XXI condesa de Ureña y de María Cristina de Ulloa y Solís-Beaumont, marquesa de Jarandilla.
Placa en la fachada del palacio de la Puebla al cardenal Pedro Pacheco de Villena, nieto del I marqués de Villena y hermano del III señor de La Puebla. Pedro Pacheco, camarero del papa Adriano VI hasta 1523, deán de la Santa Iglesia Metropolitana de Santiago de Compostela, reformador de la Universidad de Salamanca, primeramente obispo de Mondoñedo (1529), después de Ciudad Rodrigo (1537), de Pamplona (1539) y de Jaén (3.1.1545), obispo y señor de la ciudad de Sigüenza (1554), cardenal-presbítero de la Santa Iglesia Romano del título de Santa Balbina (16.12.1545), obispo de Albano, en Roma, Virrey, lugarteniente de SM y capitán general del Reino de Nápoles (1553-1554), Inquisidor de la Santa Inquisción Romana (1555), legado a latere del Papa Pio IV, asistió al Concilio de Trento, fundador o restaurador del convento de Franciscanos de la Puebla de Montalbán. Muere en Roma en 1560.

Hermana de la actual titular de Arcos es María de Gracia de Solís-Beaumont y Téllez-Girón, duquesa de Plasencia casa en la Puebla de Montalbán, en 1975 con Carlo Emanuele Ruspoli dei principi di Poggio Suasa, III duque de Morignano. Con sucesión.

Del segundo matrimonio de la actual Osuna es María del Pilar Latorre y Téllez-Girón, XV duquesa de Uceda, casado con Miguel Angel Pastor y Vélez, sin sucesión. y de María de la Asunción Latorre y Téllez-Girón, duquesa de Medina de Río Seco, sin sucesión.
spacer
Fue titular de La Puebla de Montalbán Bernardina Téllez-Girón y Fernández de Córdoba, XVI duquesa de Puebla de Montalban, condesa de Alba de Liste, duquesa de Medina Rioseco que casa con Luis de Eizmendi y Ulloa y de spues con Manuel Rodríguez de Acuña y Dorta. Sin sucesión. Por lo que pasan sus títulos a su sobrina y actual titular del condado de La Puebla de Montalbán y de Osuna.


Tiene la actual titular de Montalbán y Osuna 86 años, la duquesa de Medinaceli 94 años y la titular de Alba 85 años.

Alonso de Cárdenas y Pacheco, señor de Riaza.

Hasta 1430 Riaza es señorío eclesiástico del obispo de Segovia. En este año Juan II compra la Riaza al oa los dos meses bispo de Segovia Don Juan de Tordesillas. Solo dos meses Juan II la da al condestable Álvaro de Luna, por la misma cantidad de dinero que a él le había costado.

Tras el ajusticiamiento del Condestable sus propiedades
Antiguo grabado de la iglesia son confiscadas, aunque luego en su mayor parte devueltas a sus descendientes. Su hijo conserva el condado de Santiesteban cedido anteriormente por su padre. Por matrimonio pertenece a la casa de los Villenas hasta 1470, y luego igualmente por matrimonio al duque de Maqueda hasta la abolición de los señoríos.

Diego López Pacheco, II marqués de Villena, II duque de ESCALONA, V conde de San Esteban de Gormaz, señor del Infantado. Muere en 1529. Casa en 1469 con Juana de Luna, III condesa de San Esteban de Gormaz, señora de la ciudad de Osma y del Infantado, de las villas de Riaza, Maderuelo, Castilnovo, Fresno, Langa, Fresnas, Oradero, Alcozar y Barahona. Muere e 1480, sepultada en la catedral de Cuenca, hija única de Juan de Luna, II conde de San Esteban de Gormaz, y de Albuquerque, señor del Infantado y de la ciudad de Osma, de las villas de Aillón, Maderuelo, Riaza, Fresno de Cantespino, Alcozar, Castilnova, Rejas y Oradero, Ríofrío, Fontanera, Brasa, y de Leonor de Zúñiga, hija mayor de Álvaro de Zúñiga, I duque de Arévalo, Plasencia y Béjar, conde de Ledesma, nieta paterna de Álvaro de Luna, conde de San Esteban de Gormaz y de Albuquerque, duque de la ciudad de Trujillo, Condestable de Castilla, y de su segunda mujer Juana Pimentel. Padres de Juan Pacheco de Luna, IV señor del condado de San Esteban de Gormaz que nace en el año 1472 y muere en el 1501. El condado de San Esteban queda en los Pacheco. Riaza es dada a Mencia, hermanastra del II marqués de Villena que es heredero de su primera mujer y de su hijo.

del tercer matrimonio del I marqués de Villena es Mencía Pacheco de Velasco, señora de la villa de Riaza. Casa con Diego de Cárdenas, I duque de Maqueda.

Diego de Cárdenas y Enríquez, VIII señor de la villa de Cárdenas, I I duque de MAQUEDA en 1529, señor de Maqueda, Torrijos, Crevillente y Elche, señor de la Tala de Marchena y de las villas de Alcabón, San Silvestre, Monasterio y del Campillo, I adelantado mayor del Reino de Granada, alcaide de la Mota, Chinchilla y Sax, y de los alcázares de Almería, sirvió a los Reyes Católicos, la reina Juana y el emperador Carlos . Muere en 1542. Casa conMencía Pacheco de Velasco, señora de la villa de Riaza, hija de Juan Pacheco, I marqués de Villena, I duque de Escalona, y de su tercera mujer María de Velasco, I duquesa de la villa de Roa. Padres, entre otros, del II duque de Maqueda, deAlonso de Cárdenas y Pacheco, señor de Riaza, casa con su prima hermana María Pacheco, hija de Juan Pacheco, II señor de la Puebla de Montalbán, y de Leonor Chacón, hermana del I marqués de los Vélez, sin sucesión. Por lo que Riaza de ahora en adelante pasa a ser señorío de los sucesivos duques de Maqueda.

El II marqués de Villena, Mencia Pacheco de Velasco y el II señor de la Puebla de Montalbán son los tres hijos del I marqués de Villena.



Cuenca. El trabajo de los plateros.

LOS PLATEROS DE CUENCA EN EL ULTIMO CUARTO DEL SIGLO XVIII
Y SUS RELACIONES PROFESIONALES CON EL AYUNTAMIENTO DE LA CIUDAD
AMELIA LÓPEZ-YARTO ELIZALDE
Departamento Historia del Arte. CSIC


Añadir la profunda formación del alto clero y su papel de mecenazgo. destaquemos entre las producciones artísticas la platería y entre sus representantes a Francisco Becerril.

En los últimos años del siglo XVI se evidencian los comienzos de lo que será la crisis del siglo XVII y la consecuente despoblación. Los vecinos de la ciudad quedaron reducidos a la cuarta parte. El siglo XVIII es de una pequeña recuperación, que en el caso de Cuenca es debida al obispo Palafox.


La crisis del siglo XVII disminuye en gran medida el número de plateros que trabajaban en Cuenca. Según el Catastro del Marqués de la Ensenada, que en Cuenca se hizo en 1752, en ese año había en Cuenca 1.692 vecinos y 1.250 casas entre las que se incluyen las arruinadas. En él figuran, entre los oficios, seis maestros plateros, un oficial, un anexo y cuatro aprendices. Los maestros en esos momentos ganan en torno a los 5 y 8 reales al día, que es la misma cantidad que cobran los arquitectos, maestros albañiles, doradores y pintores. Cada oficial gana 4 reales, el
y los aprendices real y medio.

Antonio Yanguas que era el encargado del mantenimiento del reloj de la ciudad, por lo que cobraba 618 reales al año.


Conocemos ciento setenta y cinco nombres de plateros del siglo XVI, cuarenta y ocho trabajan en el primer tercio, sesenta y uno en el segundo y sesenta y seis en el tercero. Sin embargo en siglo XVIII hay una media de seis en cada censo, aunque en el de 1772 llega a haber nueve.

Antonio Yanguas, que, además de cuidar el reloj de la ciudad era platero de la catedral, en el censo de 1771 tiene cuarenta y siete años, puede ser el padre de Alejandro Yanguas que en 1800 tenía treinta y nueve.

Francisco Casado, que en 1771 tenía treinta y nueve años, puede ser el padre de Julián
Casado que figura en el censo de 1805 como platero.

Juan Serrano Briones, quizá el más sobresaliente de todos, que en 1771 tiene treinta y seis años, es el padre de Jacinto Serrano, tal y como consta en el de 1800 en el que éste tiene veinticuatro años. Juan Serrano Briones era de los que más trabajo tenían y no puede pagarse el viaje a Madrid para examinarse ante la Junta de Comercio.

En el siglo XVIII, los plateros de Cuenca siguen viviendo, en su mayoría, en tomo a las parroquias de Santa Cruz y Santiago, situada esta última en la Catedral. Otros viven en Santa María de Gracia, en la antigua judería, San Pedro, San Gil o San Juan En el siglo XIX también en San Andrés y San Esteban.

En Cuenca parece que no hubo durante mucho tiempo gremios o hermandades de plateros. Solo en 1519 hay una referencia al peostre y cofrades de los «plateros, herreros y oficiales de martillo, que piden al Ayuntamiento-la aprobación de unas ordenanzas que han redactado reunidos en cabildo. La solicitud, que está sin firma, es presentada en la junta del 6 de diciembre de 1519.

En los libros de actas del Concejo no vuelve a haber ninguna noticia más. En 1818 se presenta un escrito del procurador Manuel Camarón, en nombre del peostre administrador del gremio de San Eloy, en el que expone que éste ha nombrado examinador al herrero y cerrajero Julián Girondo, pero que no ha aceptado, por lo que pide se revisen las normativas para actuar en consecuencia. Esto demuestra la existencia de un gremio de San Eloy en Cuenca en estas fechas que encuadraba no sólo a plateros, sino también a los cerrajeros y herreros, es decir «oficiales de martillo» como se decía en la solicitud de 1519 y que no conocían muy bien sus propias ordenanzas ya que tenían que recurrir al archivo del Ayuntamiento.

Los plateros rendían culto a San Eloy, pero la cofradía no aparece tampoco en la
documentación de las parroquias conquenses, ni es mencionada en los documentos personales de los plateros

Habrá que esperar al centralismo de los Borbones para que los plateros de Cuenca parezca que escriban sus ordenanzas obedeciendo ya de modo que no admite demora la ley de 1771. Pero las ordenanzas no ha sido localizadas.

El valor intrínseco de la plata manejada por los plateros hizo que su utilización estuviese muy controlada. Durante siglos se siguieron las leyes emitidas por Juan II y los Reyes Católicos en lo tocante a la ley de la plata y las que hacían referencia a las personas que debían hacerlas cumplir. Eran estos los Contrastes y Marcadores que debían ser elegidos por los ayuntamientos anualmente. En el siglo XVIII los Borbones emiten una serie de nuevas leyes para unificar los criterios seguidos en las diferentes plateras.

En Cuenca en el XVIII el cargo de Marcador debía de ser casi vitalicio pues en 1783 Tomás López de Mendoza presenta un memorial en el que pide que, por ser ya muy mayor, le exoneren de su cargo de Contraste y Marcador. Le aceptan la renuncia y le piden que devuelva el marco y el material que tenga para poderlos entregar al que le sucediere en el cargo. Dos meses después se elige a Juan Serrano Briones que había competido para conseguirlo con Ignacio Andrés López. Jura el cargo el día 19 y le entregan el marco oficial. De momento lo tendrá solamente durante un año ". Este nombramiento va a traer algunas complicaciones al no haber pasado Serrano el examen pertinente ante el Ensayador Mayor, y al no pensar el Ayuntamiento en exigirle que lo cumpliera. Esto nos indica que en Cuenca no se tomaban muy en serio la legislación en vigor.

El 7 de agosto de 1785 el Corregidor presenta un escrito de Manuel Ximénez, de la Junta de Comercio y Moneda de Madrid, en el que recuerda que el título primero de las Ordenanzas de 1771, dispone que los rieles de plata u oro que pasen de dos marcos deben ser reconocidos por marcadores y que lo ejecuten mediante ensayo, por lo que, al ser una técnica tan delicada hay que comprobar que los que lo hagan sean ensayadores hábiles en ella, y sólo se demostraba si habían sido examinados previamente, o que se hayan comprometido a hacerlo en un plazo máximo de seis meses. Con este examen el Marcador podrá ensayar no sólo los rieles de plata, sino las piezas de más o menos peso que le lleven los plateros. Insiste en que el Ayuntamiento debe hacer cumplir a rajatabla ambas leyes para evitar los perjuicios que se ocasionan a los clientes por los abusos cometidos al no cumplirlas.

Junto a esta carta llega otra en la que se notifica el envío, de acuerdo con la Junta General de Comercio y Moneda, de un ejemplar del Nuevo arte de Ensayar Oro y Plata, escrito en francés por «el sabio» Mr. Sage. Este es Balthasar-Georges Sage, que era catedrático de docimasia en París, es decir del arte de ensayar los minerales, publicado en España en 1785. Este libro debía ser custodiado por el Ayuntamiento y entregado oportunamente al Contraste-Marcador en el momento de su confirmación en el cargo, para que esté al tanto de todas las novedades que aporta al antiguo arte del ensayo.

La Junta del Concejo acuerda hablar con el platero Juan Serrano Briones que había sido reelegido al cabo del año de su primer nombramiento. De esta manera le entregan el citado libro de Sage y le advierten de que, en el término de seis meses, debe presentar al Ayuntamiento el título expedido por la Junta de Comercio y Moneda tras el preceptivo examen, tal y como habían sido requeridos para cumplir las leyes.

Casi un año después, el 29 de mayo de 1786, se presenta un memorial firmado por los plateros Ignacio Andrés López, Manuel y Julián Casado, en el que solicitan se anule el nombramiento de Contraste-Marcador a Juan Serrano Bnones, pues se había cumplido con creces el año de su reelección que tuvo lugar en septiembre de 1784, por lo que finalizaba en el mismo mes de 1785.

Deciden estudiar todo el expediente para deliberar sobre cual era la decisión que
debían tomar. Aunque no figura en los libros de actas, es muy posible que se pusieran al habla con el platero y le recordasen que no había cumplido con su obligación de pasar el examen de Ensayador, pues el 23 de junio de 1786 Juan Serrano presenta un memorial en el que se justifica diciendo que nunca había sido obligatorio ser Ensayador para actuar como Contraste o Marcador en Cuenca, pero que, además, no puede costearse el viaje y estancia en Madrid, ni los derechos del examen. Pide que se le prorrogue otros seis meses el cargo en los cuales intentará reunir el dinero necesario para ir a la Corte. Pero los regidores deciden que ya ha tenido un plazo suficiente desde agosto de 1785, por lo que hay que nombrar un nuevo platero para que ejerza dicho cargo.

Al final es reelegido Juan Serrano hasta que la Junta de Comercio decida lo que estime más conveniente. El platero presenta a la Junta de Comercio un memorial en el que relata las circunstancias de su nombramiento y ruega que le liberen de la obligación de examinarse, pues estaba sobradamente capacitado para efectuar todas las operaciones de ese Arte. Pero la Junta contesta que la ley es de obligado cumplimiento, por lo que no pueden eximirlo de la realización del examen, y que, si no está en condiciones de ir inmediatamente a examinarse, debe dejar el cargo. Asimismo la Junta advierte al Ayuntamiento que se ha excedido en sus atribuciones al nombrar un Marcador sólo por un año en lugar de los seis que señala la ley, así como en no exigir desde el principio que los plateros recién nombrados le presenten el título expedido por la Junta. Por todo ello envía al Ayuntamiento copia de las leyes correspondientes de 1752 y 1771 para que las tengan en cuenta en adelante. Además les advierte de que sin ser «del Arte de la Platería», ni estar aprobados, trabajan algunas piezas y limpian otras, y les dicen que no pueden consentirlo.

En 1787 Juan Serrano presenta su dimisión y entrega el marco y el libro de ensayar de Sage. Es nombrado para el cargo el platero Ignacio Andrés López, que comunica
que irá a Madrid para pasar el preceptivo examen y que le entreguen el
título de Ensayador. No hay nuevos nombramientos.

El Ayuntamiento fue cliente de los plateros en algunas ocasiones. En septiembre de 1771 se revisan dos trazas presentadas por Juan Serrano de una mazas que le habían encargado para sustituir a las antiguas que estaban en muy malas condiciones. Unas estaban presupuestadas en 2.804 reales, las otras en 4.160. Se nombra al regidor perpetuo para que elija las más convenientes. No sabemos que proyecto fue seleccionado, pero el 16 de marzo de 1772 ya estaban terminadas y los regidores deciden que se pague el trabajo del platero. Llas mazas no se han conservado

El 18 de julio de 1794 toman la decisión de que se haga un cáliz nuevo para el oratorio del Ayuntamiento, pues el presupuesto dado por Juan Serrano por restaurar el antiguo era demasiado elevado y no merecía la pena .

En 1809 Jacinto Serrano, hijo de Juan, recibe el encargo de una medalla que la ciudad quiere regalar al canónigo magistral por la oración fúnebre que hizo por los fieles difuntos en la guerra contra los franceses.











domingo, 27 de febrero de 2011

Alcazar y Muralla de Plasencia. Cáceres

Lienzo de muralla junto a la Puerta Berrozana.







Puerta de Berrozana.


Torre Lucia.

Recinto del Alcazar de Plasencia. Plaza Torre Lucia.


Las murallas del Alcazar de Plasencia. Puerta del Carro.





Alrededores de la Puerta de Trujillo.



Las murallas debieron ser levantadas en el momento mismo de la fundación de la ciudad, 1178, aunque en 1196 aún no estarían totalmente terminadas. En 1195, tras la derrota de Alarcos cundió el pánico en la Transierra, ya que Ya´qub al-Mansur recorrió y devastó el territorio cristiano del valle del Tajo. En 1196, al-Mansur subió por Extremadura, reconquistó Montanchez, Santa Cruz y Trujillo y, franqueando el Tajo, avanzó hasta los muros de Plasencia, que cayó en sus manos. Un año después (1197) Plasencia vuelvió a ser reconquistada por Alfonso VIII, fecha en que los estudiosos sitúan la edificación definitiva de la muralla.

Las murallas de Plasencia constan de un doble sistema defensivo con altas cortinas de gran grosor y una barbacana. Ambos muros están separados por un foso y reforzados por una serie de torreones salientes semicirculares. En un principio constaba de 70 cubos con 4 torres defensivas, adosadas al Alcázar y 7 puertas principales más dos postigos.

Entre sus puertas se encuentran la del Clavero, de Coria, Berrozanala, de Trujillo o se la Salud, del Carro y la del Sol.

La puerta del Clavero se encuentra situada entre la Puerta del Sol y el Postigo de Santa María, cerca de la Catedral Nueva.

La puerta de Coria estaba defendida por una torre en el lado derecho y por la quebrada de la Mota (dirección actual Parador Nacional). El arco de acceso fue reformado por otro más amplio a finales del siglo XVI y en su clave aparece una figura humana identificada o con el arcángel San Miguel, defensor de las entradas de la ciudad, o con un símbolo de la Justicia. Fue tapiada con motivo de las Guerras Carlistas, al igual que ocurrió con otras puertas y postigos de la ciudad cuando la situación bélica o la seguridad urbana así lo hacían necesario, y vuelta a abrir en 1848. Por ella se accedía al barrio de la Magdalena y a la primera judería de la ciudad; y exteriormente comunicaba con las tenerías y los lagares de aceite que se concentraban en torno al Puente de San Lázaro.

La puerta de Trujillo o de la Salud era la principal, y estaba enmarcada por dos torres redondas o cubos que quedaron camufladas entre 1721 y 1724, cuando los devotos de la Virgen de la Salud decidieron ampliar la pequeña capilla que allí existía y cambiarla por la que hoy vemos. El aspecto original de la puerta cambió sustancialmente y lo que era puerta se conoce a partir de entonces por cañón de la Salud. Sin embargo, se mantuvo la inscripción de 1488 que hace referencia, como en las otras puertas, a la vuelta de la ciudad a la jurisdicción de realengo.

La puerta del Carro se encuentra situada cerca de la Puerta del Sol, en la calle del Carro.

La puerta del Sol, una de las principales de la ciudad, estaba originalmente enmarcada por dos torres, pero su aspecto actual procede de las obras de remodelación llevadas a cabo en torno al año 1573. Sobre el arco un escudo de los Reyes Católicos y una inscripción de 1488 (hoy ilegible) que haría referencia a la vuelta de la ciudad a la jurisdicción real después de haber permanecido desde 1442 bajo el poder señorial de los Zúñiga. En la hornacina se encuentra la Virgen de la Guía, protectora de los viajeros. La puerta da paso a la calle del Sol, que la une directamente con la plaza Mayor. Exteriormente comunicaba con el hospital de la Cruz o de San Roque (visible en la actualidad) y con el desaparecido convento de los Franciscanos Descalzos.

La puerta de Berrozana estaba enmarcada por dos torres redondas como la de Trujillo, aunque la de la izquierda ha desaparecido. Por esta puerta se accedía directamente durante la Baja Edad Media al barrio nobiliar de San Martín y, en concreto, a las casas solariegas de Francisco de Carvajal y de los Zúñiga; y exteriormente comunicaba con el barrio de San Julián, el cementerio judío del Berrocal y el Puente de San Lázaro. El arco de acceso, demasiado reducido por la acumulación de capas del pavimento, mantiene su aspecto original. La fachada exterior ostenta el escudo de los Reyes Católicos, un blasón sustentado por el águila de San Juan y con el yugo y haz de flechas. Sobre la clave la figura del arcángel San Miguel con espada y una cruz. Y a uno y otro lado del arcángel hay dos inscripciones en las que se puede leer:

AÑO DE 1571. SIEN
DO CORREGIDOR
EL DOTOR ZARATE
SE REEDIFICO ESTA
PUERTA DE LOS PRO
PIOS DE LA CIUDAD
La muralla de Plasencia encerrada en algunos de sus tramos por las casas que se han adosado. Podemos verlo aquí. Sobresale la vista de la Catedral Nueva.