jueves, 26 de marzo de 2009

La Comarca de la Serena territorio de la orden de Alcántara.

Castillo de la Encomienda. Villanueva de la Serena.
La comarca ocupa 282.000 hectáreas de las provincias Badajoz y Ciudad Real. Fue territorio jurisdiccional de la órden de Alcántara que lo reconquistó en la primera mitad del siglo XIII.
La Orden de Alcántara pronto configuró el Partido de La Serena. La parte original del mismo estaba asignada al priorato de Magacela con Magacela, Villanueva de la Serena, La Haba, La Coronada, Campanario, Quintana y La Guarda; más tarde se fundaría el priorato de Zalamea con Zalamea, Valle de la Serena e Higuera de la Serena. Por último las comunidades de Benquerencia con Benquerencia, Castuera, Esparragosa de la Serena, Malpartida y Monterrubio y la comunidad de la Sierra de Lares con Esparragosa de Lares, Galizuela, Sancti-Spiritus y Cabeza del Buey. El territorio fue incorporado a la corona por Real Céduda de 17 de Septiembre de 1734, constituyendo la Real Dehesa de la Serena. El territorio fue dividido en el siglo XIX en dos partidos judiciales: Castuera y Villanueva de la Serena .
Magacela puede ser la Contosolia romana. El castillo y residencia del prior destacan en su paisaje. A fines del siglo XV, el priorato trasladó su sede a Villanueva, donde el último maestre de la orden, Juan de Zúñiga, mando construir un palacio, remodelado en numerosas ocasiones y hoy convento de clausura, cerca de la Plaza Mayor.

La Orden de Alcántara fue creada en el año 1154 en el reino de Leó en las riberas del río Coa con el nombre de San Julián del Pereiro. Nació en 1156 como Cofradía de Armas a partir de la iniciativa de un grupo de caballeros de Salamanca, a cuyo frente estaba don Suero Fernández Barrientos. En sus inicios recibió el nombre de Orden de San Julián Pereiro, al ser San Julián Pereiro la nomenclatura de la fortaleza donde luchaban contra los musulmanes.La orden fue confirmada por el Papa Alejandro III el 29 de diciembre de 1117. Por consejo del ermitaño Amando adoptó la regla del Císter, esto es, de la orden religiosa creada en Francia, y fue enriquecida por el rey Fernando II de Castilla y por el citado Papa con libertades y privilegios. El Pontífice Lucio III, en 1183, la eximió de la jurisdicción de los ordinarios diocesanos, poniéndola bajo la custodia directa de la Santa Sede. Así, la orden quedaba obligada a la defensa de la fe y la guerra perpetua contra los musulmanes.Tras su conquista a los musulmanes, la defensa de la ciudad de Alcántara fue dada a la orden de Calatrava en 1214, pero cuatro años más tarde renunciaron por la lejanía a Calatrava. Alfonso IX de León encomendó la defensa a la recientemente formada orden de los Caballeros de Julian de Pereiro a cambio de cierta dependencia de filiación con respecto a la orden de Calatrava, de ahí que adoptasen también la regla del Cister. A raíz del establecimiento de su sede central en la villa recibida, el primitivo nombre de orden de San Julián fue desapareciendo paulatinamente, hasta que en 1253 sus maestres se titulaban «maestres de la orden de Alcántara», quedando reducida San Julián del Pereiro a una simple encomienda de la orden.

Comenzaron a crecer cuando, a la villa de Alcántara, se sumaron Santibáñez y Portezuelo, tras ganar un pleito a la del Temple, así como Navasfrías, donada por Alfonso IX, y Valencia de Alcántara, conquistada por los caballeros de la orden en 1220. De esta forma quedó configurado su bloque fundamental de posesiones en el partido de Alcántara, al oeste de la provincia de Cáceres. A partir de 1213 esta orden tuvo su sede en la villa de Alcántara de la que tomó su nombre y que les había donado el rey Alfonso IX de Castilla. Después de caer en gran decadencia a causa de discordias internas se recuperó gracias a la intervención del maestre don Juan Zúñiga, nombrado para este cargo en 1479. La Orden de Alcántara fue incorporada a la Corona en 1494 por los Reyes Católicos, tal y como habían hecho con las Órdenes de Santiago y Calatrava. Ante este hecho Juan Zúñiga resignó su autoridad tras la aprobación de la Santa Sede y fue nombrado Cardenal Arzobispo de Toledo. En 1492, Fernando el Católico consiguió de Alejando VI la concesión del título de Gran Maestre de la orden con carácter vitalicio. Entonces, los territorios de los alcantarinos abarcan parte de la actual provincia de Cáceres en su límite con Portugal, las estribaciones de la Sierra de gata y gran parte de la zona oriental de la provincia de Badajoz, la comarca de la Serena. Una extensión aproximada de 7000 km², sin incluir algunas posesiones aisladas en Andalucía y Castilla. En 1522, Adriano VI concede a Carlos I los títulos de Gran Maestre de las tres órdenes militares de España con carácter hereditario. En el siglo XVI la potencia militar de la orden de Alcántara es menor que la de Santiago y Calatrava, debido a sus menores posesiones territoriales y, en consecuencia, su menor poder económico, Desde 1875 la orden es simplemente una condecoración personal concedida por el rey de España por servicios militares.

El comienzo de su asentamiento en el este de la provincia de Badajoz, en la comarca de la Serena , el otro gran núcleo del señorío de la orden, tiene lugar en 1231 cuando conquista Magacela, que sería donada definitivamente a la orden tres años después por Fernando III el Santo como compensación por ciertos derechos alegados sobre la villa de Trujillo. Magacela se constituye en encomienda y se crea un priorato con jurisdicción en el territorio vecino. Al mismo tiempo la orden recibe el encargo del rey de repoblar Zalamea, conquistada por esos años. Tras la conquista de Cordoba en 1236por Fernando III, se puede decir que la orden completó en la práctica sus posesiones. Entonces les fueron donadas Benquerencia y Esparragal, ésta última conquistada por los templarios. Su señorío, no obstante, no se redondearía hasta comienzos del siglo XIV, cuando consiguió la donación del castillo de Eljás en 1302 y de Villanueva de la Serena un año después. Aunque la orden participó en la conquista de Andalucía, apenas recibió donaciones en esta región, limitadas a los castillos de Morón y Cote y el lugar del Arahal, que le fueron donados por Sancho IV en 1285, pero permutados con Pedro Girón en 1461 a cambio de Salvatierra, Villanueva de la Barcarrota y el castillo de Azagala.

Los miembros de la Orden de Alcántara vestían una túnica de lana blanca muy larga y capa negra, que sustituían por un manto blanco en las ceremonias solemnes, adoptando como blasón un peral silvestre con las raíces descubiertas y sin hojas sobre campo de oro. Posteriormente adoptaron como distintivo una cruz flordelisada de sinople. En el capítulo XIV de sus definiciones se establecía que ningún caballero fuese osado de recibir los sacramentos sin el manto blanco, que debía ser también su sudario. En 1546 se autorizaba el casamiento de los caballeros. De esta manera sustituyeron el voto de castidad por el compromiso de defender el dogma de la Inmaculada Concepción.

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